Mi primer día como docente universitario coincidió con conocer a Juan Gutiérrez. Atento, oportuno, dispuesto, amable, fue lo que observé en él y me permitió un inicio deseado. No pasó mucho para que sus compañeros lo eligieran delegado de clase lo que confirmaba su influencia en su grupo de estudios. Y es que su servicio, empatía, dedicación y disciplina lo colocaba algunos peldaños por encima que el resto de sus compañeros, es decir; se diferenciaba por sus acciones del liderazgo natural que irradia y que va en buen proceso de desarrollo.

No cabe duda que está en pleno crecimiento personal y profesional y lo identifica y lo sabe que debe estar inmerso en una mejora continua. En los últimos tiempos se ha dedicado a incluir y desarrollar habilidades blandas a su capacidad cognitiva brindándole competitividad. 

Aún en su juventud ya es un conferencista y referente en su comunidad universitaria y entorno. Tengo el gusto de dirigirlo en mi consultora y es que al observarlo tuve la dicha de acertar en su talento, entrega y compromiso.